Carmen: su decisión y su renacer.
Por: Soledad.
Carmen baja rapidamente de la micro. Camina a su casa a paso acelerado. Abre la puerta de su casa y están sus dos hijos, Camilo de 8 años y Celeste de 5. Tienen el despelote, la casa patas pa'rriba, ella los reta y les pide que empiecen a recoger la ropa, los juguetes y los zapatos que habian desperdigado por todas partes. ¡Hagan sus camas!, les dice enérgica, mientras se dirige a la cocina. Se pone un delantal y comienza a cocinar, está nerviosa. Les vuelve a gritar a los niños que ordenen. Toma un paquete de fideos y empieza a preparar la cena. Se mueve rápido y cada 5 minutos mira la hora, son las 18:40, los niños ordenan a medias y se sienten alboroto. Carmen los hace callar, sigue con su tarea en la cocina, deja la cena lista y corre a terminar de ordenar la casa. Mira por la ventana, vuelve a mirar la hora, son las 18:50 y les pide a los niños que se vayan a su pieza a hacer sus tareas. Después ella les revisará los cuadernos. ¡Ah!, se acuerda de la ropa sucia, vuela a poner la lavadora, son las 19:15. Se abre la puerta de la calle, Carmen se tensa, los niños se callan. Una extraña expectación ronda el ambiente. Llega su esposo Germán. La familia en silencio espera lo inevitable. ¡Donde están todos!, retumba el grito y el portazo. Carmen sale y ve a German apoyado en la puerta, torpe, agitado y malhumorado. ¿Quieres comer? Él no contesta y tira lejos su chaqueta, va a la cocina y revisa las ollas. ¡¿A esto llaman comida?!, y la tira lejos, violentamente. Carmen sale corriendo, Germán la sigue. Gritos, golpes e insultos. Lo de siempre, pero delante de los niños. Camilo y Celeste lloran abrazados, no saben, no entienden que hizo mal la mamá para que el papá le pegara.
Al otro dia, Carmen se levanta temprano como siempre, 5:45 AM, se mira al espejo, descubre su labio hinchado y partido, el ojo derecho amoratado, trata de tapar con maquillaje la golpiza, pero no lo logra por completo. Se queda mirándose al espejo por largo rato, y ve sus ojos sin brillo, su cabello opaco. ¿Que va a decir ahora en el trabajo?, ¿Dirá "Me caí", "Me pegué en la puerta"? Ya lo ha dicho todo, en el camino al trabajo se da fuerzas y piensa que algo se le va a ocurrir. Arriba de la micro, algunas lágrimas le brotan, avanza un par de cuadras, se baja y está delante de una comisaria. Parece que algo ha decidido. El maquillaje no logra ocultar lo que hay en su alma, su corazón. Antes, sus amigas le habian dicho que denunciara, pero ella no quiso. Carmen entra cabizbaja, insegura, temerosa, sin saber que hacer. El carabinero de guardia la guia amablemente y la atiende una mujer policia, mientra da sus datos llora, de a poco se va soltando, mira los papeles y duda. La carabinera le pide que no se asuste, que no tenga miedo, que el final comenzó, asi como su renacer...
Al otro dia, Carmen se levanta temprano como siempre, 5:45 AM, se mira al espejo, descubre su labio hinchado y partido, el ojo derecho amoratado, trata de tapar con maquillaje la golpiza, pero no lo logra por completo. Se queda mirándose al espejo por largo rato, y ve sus ojos sin brillo, su cabello opaco. ¿Que va a decir ahora en el trabajo?, ¿Dirá "Me caí", "Me pegué en la puerta"? Ya lo ha dicho todo, en el camino al trabajo se da fuerzas y piensa que algo se le va a ocurrir. Arriba de la micro, algunas lágrimas le brotan, avanza un par de cuadras, se baja y está delante de una comisaria. Parece que algo ha decidido. El maquillaje no logra ocultar lo que hay en su alma, su corazón. Antes, sus amigas le habian dicho que denunciara, pero ella no quiso. Carmen entra cabizbaja, insegura, temerosa, sin saber que hacer. El carabinero de guardia la guia amablemente y la atiende una mujer policia, mientra da sus datos llora, de a poco se va soltando, mira los papeles y duda. La carabinera le pide que no se asuste, que no tenga miedo, que el final comenzó, asi como su renacer...
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